Silaje de Grano Húmedo: Reducción de Pérdidas

Con el fin de reducir las pérdidas durante su elaboración y aprovechamiento, un equipo de especialistas en el que participaron técnicos del INTA, publicaron un informe con una serie de recomendaciones tendientes a extremar la calidad en su confección y manejo. Los detalles.

La preservación como silaje de granos con alto contenido de humedad es una práctica común en los sistemas de alimentación de bovinos en la mayoría de las zonas templadas del mundo.

Si bien el silo de grano húmedo es un ingrediente que puede ser usado en todas las especies, este integrante tomó protagonismo en la ración balanceada en las dietas de bovinos de carne y leche, en donde al compartir la infraestructura para el manejo y suministro de forrajes húmedos (por ejemplo, con silaje de planta entera), se facilita su inclusión en la ración.

En la actualidad, es una técnica de conservación muy adoptada, por lo tanto es importante remarcar algunos de sus factores principales de manejo para aumentar el retorno de la misma en la alimentación del rodeo.

METODOLOGÍAS Y VARIANTES

Desde el INTA indicaron que “nunca se debe perder de vista que todas las variantes del ensilaje utilizadas en la Argentina y en el mundo, ya sean apuntadas a aumentar el valor energético o de fibra del silaje, deben seguir siempre los pilares básicos de manejo ampliamente difundidos para el silaje de planta entera, respecto a la compactación, sellado y manejo de la extracción y suministro”.

El grano húmedo se puede ensilar mediante alguna de las siguientes variantes:

1. Cosechando granos húmedos con una cosechadora convencional y luego quebrarlo y compactarlo en un silo anaeróbicamente.

2. Reconstituyendo granos secos (“humidificando”): agregando agua en cantidades controladas a granos secos procesados durante el ensilado, para aumentar sus propiedades fermentativas y aumentar su digestibilidad. Es la menos difundida en la Argentina por sus costos, pero aparece como una opción interesante para feedlots que adquieran sus granos tranqueras afuera.

3. Silaje de espigas, cosechando espigas con un cabezal maicero convencional, adaptado a una picadora autopropulsada. Aquí se diferencian dos términos:

a. Earlage: que es el ensilado de grano húmedo y marlo, sin chala. Esto demanda una configuración especial de la máquina.
b. Snaplage: que es el ensilado de grano húmedo, marlo y chala, realizado con cabezal maicero adaptado a una picadora tradicional.

4. Toplageo silaje de la parte superior de la planta, elevando la altura de corte con una picadora tradicional hasta la altura de la primera espiga para lograr alta concentración de granos y materia seca muy digestible -de la parte superior de la planta- y por consiguiente la digestibilidad total del silo.

ASPECTO NUTRICIONAL

En cuanto a lo nutricional, los técnicos aseguran que los granos húmedos tienen una mayor digestibilidad del almidón a nivel ruminal. Por esta misma razón, hay que tener precaución en los niveles de suministro para evitar problemas de acidosis.

En términos generales, en dietas que de por sí son húmedas y con escasa FDNef -con base pasturas tiernas suplementadas con silajes-, se recomienda no superar los 3 a 3,5 kg de MS/vaca/día de silaje de grano húmedo y completar el resto, si fuera necesario, con grano seco y en lo posible aplastado, no molido.

CONTENIDO DE HUMEDAD

La humedad del grano al momento de la cosecha y ensilado es uno de los factores determinantes del éxito de esta técnica.

Un rango de humedad adecuado a la cosecha de entre el 25 al 35 %, permite lograr que los granos “estén llenos”, es decir que hayan alcanzado el máximo de acumulación de almidón (madurez fisiológica), pero resguardando y potenciando la digestibilidad del mismo a nivel ruminal, y también favorece una buena fermentación durante la etapa de estabilización del silo, lo que asegura la conservación en el tiempo, con el mínimo de pérdidas de calidad.

¿GRANO ENTERO O PARTIDO?

Junto con la humedad en nivel de importancia, desde el INTA aseguran que previo al ensilado, los granos deberían quebrarse en un tamaño apropiado, en función de la humedad del material.

Siempre se recomienda el partido fino, especialmente en sorgos, ya que permite una muy buena compactación, mejor extracción del aire y por lo tanto una apropiada transformación de los azúcares solubles a ácido láctico.

El grano húmedo que se ensila entero o partido muy grueso (en 4 a 6 trozos), no se compacta bien y tiende a dejar bolsones de aire que luego favorecen la reacción de Maillard o ardido del grano, perdiendo significativamente valor nutritivo.

En el caso de los sorgos, el proceso de ensilado mejora sustancialmente su calidad, aumentando notablemente la digestibilidad, pero siempre y cuando el material haya sido previamente partido. Si quedan granos enteros éstos pasarán a las heces.

CONCLUSIONES

Las ventajas y desventajas de esta técnica de conservación se resumen a continuación (Morris et al., 2013):

Ventajas

• Aumento del rendimiento en grano por reducción de las pérdidas de cosecha al realizarlo con mayor humedad.
• Sirve para ajustar la planificación de actividades ya que acorta el período de tiempo entre tareas en el lote.
• Obliga a ser más eficientes en la técnica de sellado del silo durante el período de almacenaje.
• Reduce la presencia de polvo en las raciones y en los comederos del rodeo.
• Aumenta sus cualidades fermentativas durante el almacenaje.
• Aumenta la digestibilidad del grano.
• Aumenta la flexibilidad en la separación y limpieza de los granos por la cosechadora.

Desventajas

• Aumenta el riesgo de pérdidas de calidad del material ensilado durante el período de almacenaje, extracción y suministro. La cara expuesta atrae insectos en verano.
• Consumo de energía para procesar los granos.
• Ineficiencias en el ensilado pueden resultar en pérdidas totales del material.

Por último, remarcar que las recomendaciones surgieron de un trabajo conjunto que llevan adelante especialistas del sector, entre ellos: Guillermo Piñero de la empresa HAB, Juan Monge de la Universidad Nacional de Villa María, Fernando Opacak y Fernando Clemente de la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros, Pablo Cattani (asesor privado), José Costamagna (asesor privado), Javier Barnech de la empresa De Laval, Oscar Queiroz de la empresa Chr Hansen, Federico Sánchez de la empresa Claas Argentina y técnicos de INTA: José Peiretti, Gastón Urrets Zavalía y Facundo Méndez.

Fuente: Infocampo