Almaoliva “le saca Jugo” a la Aceituna

Viviana Bertero es Ingeniera Industrial y se dedica a la producción de Aceite de Oliva, desde Mendoza, precisamente Coquimbito, departamento Maipú. En ese lugar, junto a su marido Sergio montaron una finca de olivos, hoy ya reconocida a nivel nacional e internacional. 

Las vides implantadas en la finca de don Eduardo Bertero eran de baja calidad enológica y había dos caminos para tomar; reconvertirlas a uvas de mejor calidad o la que finalmente prosperó, “erradicar los viñedos y colocar olivos”. 

“Esta finca mi papá la compró con el fin de realizar producción porcina, incluso los animales iban a venir desde la zona de Chañar Ladeado. No prosperó como tal y decidimos encarar este proyecto con mi marido, quién representaba a una firma italiana en el tema de las maquinarias que se utilizan en la elaboración de aceite de oliva”, explicó inicialmente. 

La decisión fue tomada en conjunto por la familia, buscando elaborar un producto que les permita trabajar entre todos y encaminar el futuro. Viviana pasó de estar en relación de dependencia a comandar un negocio familiar que los catapultó a ser de lo mejor en el rubro. 

“Sufrimos la diferenciación de los aceites que se producen en la pampa húmeda como los de semilla y el nuestro que es el de oliva, con características muy regional. Tenemos un convenio de trabajo del gremio aceitero, el cual es bastante oneroso para el empresario porque está pensado para las grandes fábricas que cuentan con poca mano de obra y el cultivo del olivo necesita más cantidad de personas para las labores”, manifestó la Ingeniera. 

Por su parte, explicó que el olivo es un árbol muy noble de producción anual, iniciándose en abril, con el fuerte en mayo y finaliza en julio. En estos momentos se encuentra en plena floración, de las cuales se desprenden muchas flores y según destacó, “sólo el 5% cuaja”, siendo el viento zonda la mayor complicación en el proceso. 

“No deja de ser una agricultura, no se puede soslayar el tema general del clima, la parte económica y lo que respecta a la capacidad de la finca, la aplicación del abono y demás. Las labores agrícolas que se desarrollan es el paso de rastra a disco, aunque se está procurando no roturar el suelo, para tender a realizar el manejo de plagas de manera orgánica”, analizó. 

Cosecha y Comercialización 

El aceite de oliva es literalmente el “jugo de la aceituna”, según explicó Viviana, analizando que la producción es un proceso físico y no tiene ningún agregado químico. A partir de allí la extracción se realiza a través de la centrifugación de manera mecanizada a través de una máquina, convirtiéndolo en un producto totalmente higiénico. 

“El proceso de recolección tarda una hora y media aproximadamente, con diferentes características que se desprenden, como la selección para analizar calidad y rendimiento. Por lo general se resigna rendimiento, para obtener mayor calidad”, expuso la profesional. 

Sumado a esto reflejó que la producción se presenta en botellas de vidrio, siendo el fuerte la venta directa en la provincia con reparto y además, se encuentran disponibles en plataformas virtuales para expandirse a diferentes puntos de la Argentina. 

“Hay una guía a nivel internacional y afortunadamente nos encontramos con un puntaje muy alto, ya que obtenemos 95, sobre 100. Además, presentamos un aceite de virgen extra de marca menor que se llama Aceitunato y apunta a consumir todos los días”, expresó. 

Finalmente, la empresaria comentó que en el año 2018 participaron de la feria “Caminos y Sabores” en Buenos Aires, donde se eligen los mejores productos y obtuvieron el máximo galardón en el rubro. 

Sin lugar a dudas, Viviana y su familia son un claro ejemplo de perseverancia y visión de futuro, donde se desprende la pasión por el trabajo y la convicción de que todos los proyectos que uno se proponga, se pueden concretar. 


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