Terneros Holando: La importancia en el proceso de recría

Según el IPCVA (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna), demás de su escasa precocidad como característica racial, las restricciones nutricionales a las que son sometidos los terneros Holando durante la recría, retrasan su terminación tanto en sistemas pastoriles como en engordes intensivos

La disponibilidad anual de terneros de raza Holando Argentino, que podrían incorporarse eficientemente a la cadena de la carne, es un desafío pendiente para el sector ganadero, que se desenvuelve en un contexto de stock que apenas logra estabilizarse después de varios años de liquidación.

En el plano nacional tal situación afectó especialmente al componente vientres, perdiéndose alrededor de 3.600.000 vacas, entre 2008 y la actualidad. La disminución en alrededor del 15% del componente reproductivo del rodeo nacional en los últimos cuatro años, realza el valor de terneros que se generan fuera del sistema y contexto del rodeo de carne, como un subproducto del sector lechero.

Generalmente, la etapa de crianza y recría, que abarca desde el nacimiento hasta los 150 a 180 kg, se realiza con una marcada priorización en atención, cuidados y calidad del rodeo en producción. En la etapa de invernada o engorde también es habitual que este tipo de novillo quede relegado a esquemas poco planificados, armados sobre pasturas de baja productividad o campos naturales.

En términos generales, subsiste la idea que este biotipo se adecua a una recría larga sobre recursos forrajeros de baja calidad, para luego iniciar un período de terminación sobre mejores pasturas, utilizando o no algún tipo de suplementación energética.

Este esquema requiere períodos de invernadas no menores a los 24 meses o más, con el consecuente impacto negativo sobre el resultado económico de la actividad y sobre la calidad de la carne que se obtiene.

Existen algunas experiencias y estudios realizados en el país, que sugieren que cuando los novillos de esta raza son engordados en sistemas mejorados, es decir con un adecuado manejo de la carga, uso de pasturas de calidad, suplementación energética, etc., son capaces de incrementar sustancialmente los índices productivos y la calidad de la carne producida, tanto desde el punto de vista organoléptico como nutricional.

No obstante, persiste el interrogante acerca de cuanto se podrían mejorar aun estos resultados si se partiese de un novillito proveniente de una cría y recría adecuadas. Esta incertidumbre vale también para el potencial desempeño de esta raza en condiciones de engorde a corral.


Fuente:IPCVA